Kochi es una ciudad al sur de la India, en el estado de Kerala, perteneciente al distrito de Ernakulam. Tiene unos seiscientos mil habitantes lo que la hace la segunda ciudad más poblada del estado.

Cuando llegas a esta ciudad te sorprendes porque parece un lugar muy bullicioso y ruidoso en el que, aparentemente, no tienes nada que ver pero, ya sabéis que India sorprende con cada paso que das.

Lo más llamativo aquí es la bahía de Fort Kochi a la que se accede por mar en una barcaza antigua por cuatro rupias, sí, como lo oís, ¡cuatro rupias!, lo que se traduce en 0,05 céntimos aproximadamente.

Una vez en Fort Kochi puedes regatear y conseguir un rickshaw (motocarro) para todo el día por cien rupias (no llega al euro y medio). Aunque aquí decidimos darle una propina al conductor por tener tanta paciencia y llevarnos a todos los sitios siempre sonriente y con amabilidad.

Nuestro amable conductor de rickshaw en Fort Kochi

En este lugar aprendes sobre cuatro o cinco aspectos culturales más de la sociedad india. En primer lugar, que la ropa, en muchos sitios, aún se sigue lavando a mano. Puedes encontrar una lavandería pública enorme donde toda la colada se realiza a mano (tanto por hombres, como por mujeres), la ropa se tiende sobre cuerdas obtenidas de fibra de coco donde enrollan la ropa sin necesidad de usar pinzas para sostenerlas.

Ropa tendida sobre cuerdas de fibras de coco sin pinzas

Algo también muy curioso de este lugar es que para secar la ropa no solo utilizan los tendederos de fibras de coco sino que también la encuentras extendida en el suelo, sobre la hierba, al sol e incluso sobre tierra (lo podéis ver en la foto arriba, la del conductor del rickshaw). Esto es algo que encuentras a lo largo de toda India y en distintas superficies. Porque también pude ver en un lugar cerca de un río como la extendían para secarla sobre las rocas, a la orilla del mismo. Además, tienes la opción de planchar con planchas eléctricas o a la antigua usanza, con planchas de hierro que se rellenan con cáscaras de coco a las que se les prende fuego y pesan la friolera de ¡ocho kilazos! Tuve la suerte de encontrarme con una señora de unos sesenta años que la usaba y con la que me maravillaba por cómo podía sostener una plancha tan pesada con un cuerpito tan pequeño y delgado.

Señora rellenando la plancha de hierro con cáscaras de coco ardiendo

Lo siguiente llamativo en este sitio es la influencia religiosa europea, concretamente portuguesa, por la cantidad de iglesias católicas que encuentras y porque uno de los primeros colonos que llegó a esa parte de la India fue Vasco de Gama (podéis observar su impronta en cada lugar que visitáis) que estuvo enterrado en la Iglesia de San Francisco hasta que se repatriaron sus restos a Portugal.

Iglesia de San Francisco en Fort Kochi

Si te acercas a la bahía puedes observar hasta donde te alcanza la vista (aunque están por todo Kerala) unas estructuras muy altas (dicen que tienen hasta diez metros) construidas con palos de madera y con redes extrañas en ambas orillas bastante llamativas. Son conocidas como las redes de pesca chinas y utilizan un sistema peculiar de pesca por elevación. Bajan las redes hasta el agua utilizando el peso corporal (en cada estructura trabajan hasta seis pescadores) y al cabo de un rato las suben con lo que haya quedado atrapado en ese instante. Se puede decir que es un sistema muy rudimentario y que proporciona muy poca pesca pero mirándolo por el lado positivo no contamina, ni despuebla especies por no ser un sistema invasivo.

Redes de pesca chinas

Otro aspecto llamativo de Fort Kochi son los espectáculos de Kathakali. El Kathakali es una combinación de danza y representación teatral normalmente basada en los textos religiosos y en la mitología hindú. El actor se suele ataviar con ropajes típicos clásicos de la zona y,además, usa un maquillaje totalmente ayurvédico (con polvos de especias y aceites naturales). Para su representación no habla, ni canta, tan solo se limita a gesticular, bailar y hacer mudras con las manos y el cuerpo, acompañado por un par de músicos con instrumentos y cantando mantras. Aunque el espectáculo puede resultar un poco largo, es curioso y llamativo de ver.

Kathakali

Finalmente, en esta zona, te das cuenta de la cantidad de hombres que visten con falda en la India. Al principio, puede resultar un tanto contradictorio para nuestra mentalidad occidental acostumbrada a clasificar la ropa para hombre y para mujer pero conforme pasan los días y vas aprendiendo determinadas costumbres y vas viendo cómo es el clima, te vas dando cuenta de que todas tienen su lógica.

Esas faldas típicas del sur de la India se llaman «mundhu» y todos los lugareños coinciden en darte la misma explicación de su uso. Cuando llevas varios días en Kerala y te das cuenta del calor tan sofocante y húmedo que hace, con el que no paras de sudar desde que pones un pie en la calle, es cuando echas de menos la ropa fresquita de algodón y lino que tanto solemos usar en verano. Pues allí pasa igual; normalmente son las mujeres las que visten más fresquitas porque usan faldas pero en esta parte de India también lo hacen los hombres. Sus faldas son trozos de tela grandes que le dan la vuelta a la cintura y a la que la atan graciosamente y que les permite incluso doblarla hacia arriba y sujetarla de manera que se queda como una falda por la rodilla.

Hombre en lavandería ataviado con «mundhu»

Y hasta aquí el viaje por India de hoy. Espero que lo hayais disfrutado y que hayais aprendido un poquito más de su cultura y costumbres.

¡Nos vemos en la próxima entrega! ¡Gracias por estar ahí!