Para empezar a hablar de la terapia de marma es necesario primero hablar del prana. El prana, según la literatura ayurvédica, es la fuente más importante de la salud física y energética. Algunos lo llaman el «aliento de vida», ese que nos impulsa al nacer y el que también nos abandona en el momento de nuestra muerte. En Ayurveda, todas las terapias y tratamientos se centran en el prana del paciente porque todas buscan estabilizar y armonizar sus funciones, mediante el equilibrio de sus doshas (vatapitta kapha). En la terapia de marma, así como en el yoga (cuando se hace uso de la respiración pranayama o respiración conscientey de las asanas o posturas), la atención se centra en aumentar y regular las funciones del prana en nuestro cuerpo a través de sus canales.

La terapia de marma crea un puente entre el cuerpo físico y sutil en la ciencia del yoga. Por lo tanto, conocer la terapia de marma es conocer los caminos del yoga.

Y, ¿qué es la terapia de marma? pues ni más ni menos que el tratamiento de cada uno de los llamados puntos marma que se localizan a lo largo de todo el cuerpo. Dichos puntos,-se cuentan 107 en total-,son centros energéticos que también se equilibran con las prácticas de yoga y con la meditación. Con el masaje marma conseguimos tratar esos vórtices energéticos individualmente mediante el masaje directo o de manera generalizada e indirecta con los pases que acompañan dicho masaje. De la misma manera, cada vez que realizamos una práctica de yoga en la que se trabajan las asanas (posturas o poses)estamos estimulando y equilibrando dichos marmas. Por lo tanto, un buen profesor de yoga ha de estar bien informado de los puntos marma y su relación con las diferentes asanas o posturas.

¿Qué quiere decir todo esto? que cada vez que os ponéis en mis manos para recibir un masaje marma estais recibiendo sanación no solo en vuestro cuerpo físico sino también en el sutil (vuestra energía interna y emociones). Los puntos marma son puntos donde se suele estancar la energía corporal derivada del estrés y los apegos. De ahí que al masajearlos liberemos ese estancamiento y promovamos la salud y bienestar de la persona.

En la antigüedad, el conocimiento de los marma se relacionaba con prácticas guerreras. Aquél guerrero que aprendía a dominar su prana, conocía los puntos clave y podía usarlos de manera defensiva u ofensiva. Es decir, el guerrero que conocía cómo dominar su energía vital, conocía dónde se hallaban los puntos marma y, por lo tanto, sabía cómo fulminar al enemigo. Por esto, es tan importante la correcta manipulación de dichos puntos durante el masaje. Porque algunos de estos puntos manipulados incorrectamente pueden producir mucho daño e incluso causar la muerte.

Ni que decir tiene que el trabajo con los puntos marma implica conocer la constitución de cada persona para adaptar el masaje a la misma. Tanto la orientación de los pases como la intensidad del mismo pueden variar.

Para los que tenéis constitución vata, el masaje de puntos marma sirve para controlar y tratar los problemas en el intestino grueso, los huesos, las articulaciones y el sistema nervioso. También sirve para aliviar el dolor, la rigidez, detener los temblores, aliviar el estreñimiento, calmar la ansiedad y el estrés, inducir el sueño, etc.

Para aquellas personas con constitución pitta, con este masaje conseguiréis eliminar la acidez, limpiar la sangre, desintoxicar el hígado, luchar contra infecciones, detener las inflamaciones, calmar la ira y aliviar las afecciones del intestino delgado.

Si vuestra constitución es kapha con este masaje vais a conseguir reducir el exceso de mucosidad, eliminar la congestión, eliminar el edema, promover la reducción de peso, aumentar la actividad física y mental e incidir en el sistema linfático y el tejido graso.

Así que ya sabéis, si después de esta lectura queréis experimentar en primera persona qué es una terapia de marma, no dudéis en contactar conmigo y estaré encantada de proporcionaros el bienestar que anheláis.

¡Un abrazo enorme y gracias por estar ahí!